
En los cuarenta años transcurridos desde que se inició el proceso autonómico de Andalucía por la vía del artículo151 de la Constitución Española, la sociedad andaluza ha experimentado cambios políticos, sociales, económicos y culturales, que han dejado atrás buena parte de las carencias de todo tipo que tenía en aquel momento. El diagnóstico en el que entonces coincidían los analistas y estudiosos de la sociedad andaluza era precisamente en esas carencias históricas. Eran tales que situaban a Andalucía como una de las partes en muchos aspectos más atrasada y menos desarrollada de España, y no digamos de Europa. Carencias y problemas que iban desde las elevadas tasas de analfabetismo y desempleo hasta la falta de infraestructuras físicas y servicios públicos de educación, salud y cultura de que gozaban otras regiones.
Ese diagnóstico fue la base que sirvió para que las políticas públicas de los sucesivos gobiernos autonómicos se centraran sobre todo en las inversiones y programas necesarios para subsanar esas carencias, sobre todo las materiales. Se puede afirmar que entre los observadores de la actual realidad andaluza hay coincidencia en que efectivamente se logró ese objetivo y hoy Andalucía es en esos aspectos más parecida que diferente a otras comunidades autónomas. No obstante, siguen existiendo interrogantes acerca del alcance y balance final de ese proceso de cambio, cuando se constata que algunos indicadores materiales como la renta media, la tasa de paro o la proporción de hogares andaluces en riesgo de pobreza y exclusión, entre otros, sean de los peores de España y no se haya logrado que converjan con la media nacional y menos aún con los de sus CCAA más desarrolladas. O que otros indicadores simbólicos, como la persistencia e importancia adquirida por algunas tradiciones, sigan asociados a la imagen de una Andalucía diferente y singular.
Hay en suma bastante consenso en que la sociedad andaluza es hoy muy diferente de lo que era hace cuarenta años, que sus carencias y problemas también son diferentes y que cuenta con activos que entonces no tenía. Por otra parte, el contexto nacional e internacional también ha cambiado mucho: el debate sobre la estructura de la gobernanza territorial de España, las secuelas de dos crisis económicas encadenadas a nivel nacional e internacional, la emergencia de la crisis climática, el debilitamiento de la Unión Europea, la revolución digital, la financiarización, la globalización de la economía y los efectos que dejará la crisis provocada por el COVID-19.
Este contexto de cambio en Andalucía y en su entorno demanda un análisis de la situación actual mediante un riguroso trabajo de reflexión que aporte un Nuevo Diagnóstico de Andalucía sobre el que basar la solución de los problemas pendientes de un ciclo que acaba y afrontar los nuevos retos de su progreso futuro. Esta es una tarea que requiere un trabajo colectivo, interdisciplinar y plural. Esta plataforma nació con esta vocación y convoca e invita a quienes sientan comprometidos con este objetivo cívico a colaborar para llevarla a cabo.
UNA ENCUESTA PARA DIAGNOSTICAR ANDALUCÍA
Tratamos de recoger una buena cantidad de opiniones acerca de la situación de Andalucía de cara a elaborar un Nuevo Diagnóstico sobre la misma. Si desea participar en la encuesta abierta que estamos realizando puede pinchar en el siguiente enlace y rellenar los datos que se le piden.